apuntes sobre el bien y el mal (hala, que rimbombante me ha quedao)

Dicen que el mayor desprecio es no hacer aprecio. Y creo que tienen razón. En el blog de tris de al lado y en lesbonet ha aparecido últimamente el caso de una tipa que ha hecho comentarios insultantes a los homosexuales. Se trata de una pseudoperiodista de esas que pululan por el mundo, que debe haber estudiado en las aulas anexas a las que estudiaban la patiño, la lozano y similar, y que escribe en un diario de Ceuta. Se ve que la han bombardeado con réplicas a su intervención y ya digo que también ha ocupado espacio (demasiado) en algunas de las páginas que linkeo. Es una tontería, yo creo, perder un solo segundo con ella. El mundo es amplio, hay miles de millones de animales de dos piernas presuntamente racionales. Unos merecemos la pena (modestia aparte, ejem, ejem) y otros no. A éstos últimos, ni caso. Es lo que dice mi madre “predica, predica, padre, que por un oído me entra y por otro me sale”. Eso jode. A mi me han ninguneado muchas veces, me he sentido la señorita celofán, inexistente, invisible y creo que es la peor sensación que existe. Lo mejor sería que te tuvieran en cuenta para bien. Pero que hablen de ti mal tampoco es tan malo, en cualquier caso es mejor que ser nadie. Y, de hecho, a veces incluso es mejor hasta que ser bueno, no en vano, yo creo que la gente que más cala en nuestra memoria son los odiosos. Pojemplo, ¿quién era el bueno de Falcon Crest? Ein? La mala Angela Channing, claro. ¿Y los buenos de Dinastía? La mala Alexis, claro. En fin, pues eso, que ahora yo sé quién es la tipa ésta de los cojones, pero ¿dónde están los buenos, salinas? Dime algo. Mostradme algún caso que merezca la pena. Que no envenene. Pero claro, lo negativo es lo que está en el candelabro, como decía la matagatos, lo positivo no vende, no tiene morbo, no sirve. Y no se trata de mostrar las cosas para denunciar. Eso ya no cuela. Se trata, quizá, como decía David Trueba en una entrevista en TeleMonegal, de sembrar el miedo, el horror, el que nos acojonemos, el que nos enfademos y crispemos, el que digamos, “uy, la vida, pupa, mierda”. Pasa en las noticias de la tele, que no son tales, se deberían llamar “malas noticias” y cada vez más, especialmente, el telediario líder que es el de Matías Prats, todo lleno de sucesos. Sólo faltaba que algún día abriera también diciendo “y una periodista del pueblo de Ceuta ha descalificado brutalmente a los homosexuales… o maricones, como dice ella”

Y ahora una noticia buena, para mí. El premio Pepe Carvalho de 2007 ha ido a parar a Henning Mankell. Bien. Recibirá dicho galardón el 6 de febrero en Barcelona. ¿Y quién es este, diréis vosotros que sólo conoceis a la zaldivar, el cachuli y demás gente de mala calaña? Pues un escritor sueco, bueno. Bueno, de novela negra (véase links de al lado). El papá de Kurt Wallander, que es un tipo del que te lees las novelas y no te quedas nunca con quién es el malo, porque el que importa es él y siempre resuelve los casos. El bien triunfa. Además es especialmente atractivo, como leí decir a Benet i Jornet, porque es humano y le afectan las cosas y tiene fallos y problemas y las cosas no le van de puta madre siempre, no es ni de lejos un héroe, sino alguien más cercano que todo eso. Si es así de humano y antihéroe, podríais decir, ¿por qué resuelve siempre los casos? Alguno se le podría atragantar, ¿no?. Ya estamos, es que sois…siempre buscando que el mal triunfe. Si es que en el fondo os gusta. Por eso, las cosas y personas buenas y las buenas noticias nunca ocupan suficiente espacio en vuestra mente y corazón, sólo las malas y lo peor de nuestra especie encuentran ese poso necesario. Sería hora de cambiar.