miércoles, 18 de octubre de 2006

mutilada

Me siento como una mutilada. Me falta la continuación de mis manos, la visión de mis ojos, el sonido de mis oídos, el sabor de mi boca… Y duele, como duelen todos los miembros mutilados. Es el amor a distancia. Tocas el cielo durante un tiempo efímero en el que te acostumbradas a estar a su lado. Y vuelves a la nada enseguida por un tiempo largo. Es como tener fracasos amorosos frecuentes: las consecuencias son las mismas, más o menos. Todo te recuerda a ella, ella no está, te entran ganas de llorar. Te falta tanto. Bien es verdad que también vives encuentros amorosos mágicos -como si empezaras de nuevo con alguien, con esa ilusión, con esas cosquillitas- más veces durante el año. Por ejemplo, yo creo que este año puede que la navidad me vuelva a ilusionar como no lo hacía desde que era pequeña. Cuando dentro de nadan enciendan las luces, cuando el corte inglés nos diga que pa ellos ya es navidad, en vez de entrarme arcadas, esta vez, se me dibujara una sonrisa porque significará que queda menos (sí, bueno, dos meses, se entiende) para volverla a ver. Y en su hábitat natural, que al estar tan fuera de mi mundo normal, es doblemente ilusionante.

Hoy leía un artículo sobre una encuesta de match.com, en el que decía que dos de cada tres españoles o franceses les molaba esto de las relaciones a distancia, en cambio los alemanes eran contrarios. Los primeros enfatizaban el hecho de que el verse de vez en cuando era como vivir a tope unas vacaciones idílicas con su pareja, lo que lo hacía todo muy especial y les salvaba de la rutina marrón del día a día. Los alemanes, que son más cuadriculados, preferían más la convivencia diaria. No sé, no sé. Supongo que es el subidón y el bajón continuos, la magia fugaz y la desazón duradera, todo exagerado, contra las relaciones al uso, más estables, pero también, precisamente por eso, más monótonas y aburridas.

No sé. Sólo sé que la echo mucho de menos ahora mismo. Aunque tal vez si la tuviera conmigo por milésimo día consecutivo me hastiaría. No lo sé. Pero realmente no lo creo. ¿Seré alemana?

En otro orden de cosas, me han comunicado que voy a ser tita numerosa. Y digo yo que lo mismo ZP que es tan enrollado con el gasto social, ha previsto algún programa nacional de ayudas económicas y psicológicas para tal efecto, con una batería de subvenciones y vitaminas y demás para que se pueda afrontar este titismo numeroso con garantías. Si alguien tiene constancia de ello, que me lo diga.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

La distancia, la dura y cruel distancia, mala compañera. Siempre le he visto pocas ventajas, es cierto, pero mi madre siempre dice q hay q bailar la canción q tocan, asi q disfrutala bonita, bailala, baila con ella a tope, es tu momento y me alegro q haya llegado. vivelo!!
Un beso y una lamida de Gia.

Unknown dijo...

Muchas gracias por aparecer por aquí y por tu comentario, wapis. Sempre teva, ya sabes ;-)

Anónimo dijo...

¿Esta mujer no es un encanto? :)
Me da a mí que soy más alemana que otra cosa.
Besitos