¿un post erótico-sensual?

Te pediría que subieras a casa. Si supiera que todo iba a funcionar como lo desgrana mi mente una y otra vez, te pediría que subieras a casa. Te comería con los ojos de arriba abajo en el ascensor, te sonreiría abierta y pícaramente. En cuanto cerrara la puerta, me abalanzaría sobre ti, te llevaría en volandas al comedor, a la cama. Obviaría el espanto de mi gato, que correría a esconderse detrás del sofá, como hace siempre que hay cualquier tipo de follón. Te besaría frenéticamente, te mordería, te aprisionaría fuerte en mis brazos, hasta quitarte el resuello. Te arrancaría la ropa. Gritaría a los cuatro vientos que me están consumiendo las llamas del deseo febril y que te necesito como nunca. Recorrería tu cuerpo desnudo con mis manos, con mi boca, salvajemente. Tú me dejarías que lo hiciera, me pedirías más. Te volverías loca. Bruscamente abriría tus piernas y mis dedos se sumergirían en el río caudaloso de tu sexo cálido. Encima de ti, sentiría cómo se mueven tus caderas, al ritmo de la pasión, mientras empiezas a jadear, a gemir, en busca de la explosión de placer…

Te pediría que subieras a casa. Si supiera que todo iba a funcionar como lo sueño despierta cada noche, te pediría que subieras a casa. Te cogería tiernamente de la mano en el ascensor. Te besaría dulcemente el cuello. Te mordería despacio los lóbulos de las orejas. En cuanto cerrara la puerta, te abrazaría y mis labios buscarían los tuyos, suavemente, sin prisa pero sin pausa. Obviaría los ronroneos de mi gato, tumbado en el sofá, soñoliento, esperando mis caricias. Caricias que esa noche sólo serían tuyas. Te susurraría al oído, melosa, las frases que quisieras escuchar. Te desnudaría poco a poco, deteniéndome en cada parte descubierta de tu cuerpo para saborearla con fruición. Te tumbaría delicadamente en la cama. Y mi lengua se encaminaría hacia el abismo de tus senos, mi boca devoraría tiernamente tus pezones. De tus labios escaparía algún suspiro. Y yo seguiría bajando hacia el sur de tu adorada figura, para encontrarme con el botón de mando de tu éxtasis. Lo saludaría efusivamente una y otra vez, provocando una constante aceleración de tu respiración; una y otra vez, hasta que henchido de orgullo te llevase a perder el sentido en un delirio de placer…

Si supiera…Pero no tengo ni idea de cómo funcionaría.
Aun así… ¿Subes a casa?