difuntos

Hoy hace un año que debería estar muerta. Hoy hace dos años que abrí el puto blog éste de los huevos. No me suicidé, como pretendía al inicio, el año pasado, porque era feliz. Pero las cosas cambian. Ojalá lo hubiese sabido entonces. Todo fue un, ¿cómo era? ah, sí, un espejismo. Me he pasado toda la tarde en la cama llorando. Hoy hace un año que tendría que estar muerta. Me encuentro peor que hace dos años, francamente. Hubo un momento un rayo de luz pero también ha habido mucha mierda en mi vida en este tiempo. Y tienes la sensación de que, ahora sí, nada va a cambiar. No creo que sea tan horrible, objetivamente; tengo mis virtudes, creo que soy buena persona, no me es difícil entregarme y tengo gran capacidad para querer. Pero nada de eso importa. No soy la payasa oficial del reino, ni la alegría de la huerta, no soy agradable ni cariñosa. Podría serlo. Pero me falta un hervor. Confianza. No sé. En fin, que soy carne de cañón. Ninguneada, despreciada, rechazada, olvidada, incluso utilizada y apartada. Esa es la historia de mi vida. Aunque os parezca un robot, o un ser manifiestamente inferior a ti, a él, a ella, a cualquiera, también tengo mi corazón que late, también sufro, también anhelo, si me cortan, sangro, no soy una simple cosa, sino un ser humano. Y ya estoy bastante harta de todo. En estos momentos nunca pasa nada en mi vida, alguna vez algo malo o muy malo, eso sí, que no falte. Pero nada bueno. En 2006 parecía que los ángeles me sonreían. Ahora he vuelto al estado natural de las cosas. A la nada. Al hastío. A la tristeza y la pena. Al dolor. Y ya estoy cansada, mucho, ya no me quedan fuerzas. Me rindo. Ojalá me durmiera y no volviera a despertar. Me parece más fácil e igual de útil (o más) que el hecho de que me tocara la lotería o un amor de verdad. No tengo ya ganas de luchar. Todo es decepción mire a donde mire. Vuelvo a poner en marcha el reloj. Retomo la cuenta atrás. Quedan 365 días.

Conchita:

Quisiera ser capaz, decirte la verdad,
decirte que me va realmente mal,
no te logré olvidar, ni lo intente quizá
Quisiera ser capaz, mirarte y no temblar,
decirte que aun nadie me volvió a besar,
no te logré olvidar, ni lo intente quizás.