lunes, 20 de agosto de 2007

decepción...

...desesperanza, desilusión. Un triunvirato de sensaciones que me acompañan y dudo mucho que ya me abandonen. Tres garras que me tienen cogida de las entrañas, que me vuelven grises los días, que me aferran a la cama, que hacen que odie tener que levantarme por las mañanas. La santa trinidad de la tristeza. Las tres razones por las que macbollix vive un terremoto depresivo de magnitud 10 en la escala de sadness. Tengo un año más (visión negativa) que la última vez que escribí o un año menos para palmarla (visión positiva). Y no sé hacia dónde va mi vida, no tengo ninguna razón para quedarme a comprobar qué va a pasar, no tengo ganas, no encuentro mi lugar en el mundo; de hecho, no creo que exista. Tengo la terrible sensación plausible de que mis mejores días ya los viví y que no volverá esa felicidad jamás a visitarme. A los 31 años hay mucha gente que tiene la vida encarrilada o al menos sus neuronas se hayan relativamente apacibles, yo no tengo ni lo uno ni lo otro ni hay perspectivas de ello. Vamos, en mi vida la estabilidad vital y emocional ni están ni se las espera.

Me decepciona el mundo en general, la gente que hay en él, yo misma. Yo también decepciono a todas las personas que me conocen. Hay gente que piensa que soy una mierda y me ignora, gente a quien le parezco carne de cañón y se ríe de mí a mis espaldas, gente que me compadece y gira la cara para no verme tal vez pensando "pobre chica". Tengo la peor de las virtudes, la menos valorada: la bondad y el más dañino de los defectos: una timidez enfermiza. Esta última impide que me muestre tal y como soy ante los demás. Ante eso, la gente que me conoce en persona piensa que soy una mierda, susceptible de burlas, con la que no merece la pena estar, etc, etc.... y yo me asusto, me recluyo más adentro, mi timidez se agiganta, el miedo al dolor y a que me hagan daño también. Es como una especie de círculo vicioso.

También supongo que con algunas personas es diferente, me encuentro más confiada y relajada y me acerco más a quien en verdad soy, más cuanto más tiempo pasa, pero también al final te das cuenta que no es suficiente o no es convenientemente valorado o es demasiado lento todo para que lo tengan en cuenta en un mundo asociado al fast all. O tal vez, a pesar de todo, realmente no merezca la pena ni la versión cool de mí misma. No sé. Mucho miedo y negatividad es lo que tengo. En cualquier caso, creo que es con motivo, ya que por cada cosa buena que me pasa y me hace pensar que la vida merece la pena, me ocurren ocho negativas que me rompen el alma. Y no necesariamente es todo culpa mía (tampoco exclusivamente culpa de los demás, claro). Es normal que tenga esa decepción, esa desesperanza, esa desilusión...

Como veis, he vuelto de las vacaciones con la pilas cargadas... de tristeza, miedo y lágrimas.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizá te suene a cuento chino lo que voy a decirte... pero en algún momento me sentí como tú...o, al menos, de forma parecida...

Solo cuando encontré la manera de quererme a mí misma, fui capaz de salir de ese círculo vicioso... y empezar a vivir...

He descubierto tu blog por casualidad y recuerdo que hace ya tiempo leí algunos escritos tuyos en Lesbonet, he recordado que me hiciste reir, y creo que tienes una forma diferente de ver el mundo... No sé por qué, pero no te miras a ti misma con los mismos ojos...

Perdona que me meta dónde no me llaman...

Anónimo dijo...

Tengo que decir que estoy totalmente con izel. Tal vez el día que te valores como el resto te valoramos, tal vez el día que te mires con los mismos ojos que otros te vemos, tal vez el día que decidas convivir solo contigo misma y dejes en el rellano todo ese miedo, esa timidez o lo que sea que te atenaza y te paraliza... ese día puede que empieces a ver la vida de distinta manera.

Hay momentos en que determinadas valvulas de escape ya no valen. Si has empezado a detectar que ya ni escupir aquí tu miedo, resentimiento y decepción te sirve, a lo mejor, Mac, es porque ha llegado el momento de pedir ayuda.

Elige la persona y pidela pero como una vez dijo alguien en este blog ... no recuerdo quien fue, date prisa y no te quedes demasiado tiempo en tierra de nadie.

Acostumbrarse a que nadie nos quiere no es forma de vivir. Ni es aceptable, ni desde luego resulta bueno para la salud.

Anonima A.