lunes, 17 de julio de 2006

mi gran torpeza

El día de mi gran torpeza fue, sin embargo, el verano pasado. Fuimos un buen puñado de gentes de la familia al nacimiento del Llobregat y al volver nos tropezamos en una riera de los güevos. Pues bien, había que cruzar al otro lado de un charco para poner las mesas y las sillas y comer. La gente fue pasando: los más ágiles pegando un salto, otros con ayuda, a mi sobrina la cogieron en brazos (no hay nada como ser niña pequeña), a los elementos patrochos con mucho tiento y muchos brazos y con cuidadín. En fin. Todo bien. Entonces llegué yo. En plan supernena inconsciente. Y chula. Estaba pasando mi madre con mucho cuidadito y ayuda. Y voy yo y digo, “ya te ayudo madre”. Me descalcé, metí mi pezuña en el agua y dando por descontado que me aguantaría el pie dentro, porque yo lo valgo, levanté el otro pie, y el del agua me resbaló y el otro pegó una patada al aire. Total que acabé en la puta riera con toda la ropa puesta. Mi familia, en vez de cerciorarse si aparte de mojarme toda entera con un palmo de agua, me había abierto también la cabeza con alguna roca de mierda, se me partieron el culo ipso facto y comentaron “joder, y el vídeo no estaba puesto, qué láááástima”. Menos mal que llevaba bañador. Así que me metí en esa cosa asquerosa de agua mientras se secaba la ropa, y mi sobrina me decía que pillara pececitos de los que saltaba a mi alrededor pero yo no podía porque no tenía manos libres ya que me agarraba a tó lo habido y por haber porque el gato escaldado del agua fría (o caliente o no sé qué) huye. Luego al volver, mi tío tenía el video puesto, pero yo ya iba con la lección aprendida y no me caí. Que una es torpísima pero tiene un límite, coño. Hala, ya me dejo de torpezas, que no quiero que os sigáis riendo de mí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Derrapar en el parquet"
o cómo hacer el ridículo frente a la vecina a la que acabas de abrir la puerta.

Maldita cera Àlex.

Anónimo dijo...

Por cierto mi hermana se hizo pipí (en las manos, y me lo enseñó).