viernes, 18 de diciembre de 2009

me siento donut

¿Habéis intentado vivir con un agujero en el pecho? ¿Hacer las cosas que la gente se supone que ha de hacer, qué sé yo, como trabajar, comer, dormir, andar, respirar, quizás relacionarse, cuando te falta un trozo grande dentro? No es que no sea fácil, es que sencillamente no se puede. Y hay efectos secundarios: arcadas que te provoca la ansiedad de saber que te falta algo clave; el no poder conciliar el sueño o, al revés, dormir demasiado, es tan fácil moverse entre los extremos…; arrastrar un cansancio propio de alguien que no tiene ni una pizca de hierro en su sangre, sabiendo que no es eso, sino más bien anemia del alma. Tú y tu agujero en el pecho. Vivir se convierte entonces simplemente en un “estar ahí”. Como los donuts. Están ahí, simplemente. Pero éstos sirven para algo, al menos, a alguien les gusta, se los come y le alimenta. Y el donut se vuelve masa uniforme en el estómago de su degustador, y le desaparece el agujero, y tal vez consiga realizarse así, quién sabe.

A mí me haría falta una Homera Simpson con vocación de albañila o médica o qué sé yo. Que me reconstruyera, que cubriera el agujero, que me devorara e hiciera desaparecer mi vacío. Con cada mirada hambrienta, con cada palabra de cariñoso deseo, prepararía la mezcla, aglutinaría los tejidos…; con cada caricia, con cada empuje de su boca iría enfilando los ladrillos, preparando los cimientos, cosiendo los tejidos, acompasando músculos y huesos…; dentro de ella, entre sus brazos laboriosos, se iría perfilando el edificio que pondría fin a la nada, se llenaría de vida mi interior, allí donde todo era desierto, la sangre volvería a fluir gozosa y ufana, mientras su satisfacción amorosa por mí, su ya-no-tan-donut, le embargaría hasta la extenuación. Si existiera tal Homera Simpson… Lo malo es que no existe, y si sí existiera, seguro que está pensando en comerse ese sándwich de pavo, o ese bombón helado, o esa almeja que salta a sus ojos cada vez que la ve…Nada tan especialmente raro como un supuesto manjar con un agujero en medio. Hay que tener mucha inventiva y mucho empuje para probar algo a lo que le faltan cosas… ¿no? Bueno, qué más da. Seguiré aquí, muriendo por estar entre tus piernas y que me mires con expresión de “bueno, ¿y por qué no?, lo mismo ELLA eres tú…”, mientras degustas otras piezas que nunca se convertirán en un edificio sólido lleno de amor y gratitud por ti ni en nuevas Belenes Estebanes maravilladas de su transformación, en este caso interior.

Aquí seguiré, con mi forma de puto donut, esperándote. ¿Habéis intentado vivir con un agujero en el pecho? No es que no sea fácil, es que sencillamente no se puede. ¿Por qué mierda te amaré tanto?

Pd: Por cierto, ¿qué habrá sido de esta mujer? Hace tiempo que no oigo nada de ella, espero que no esté enferma. Grande Tina.

5 comentarios:

calaix dijo...

Dir-te que segons la wikipèdia (d'algun lloc s'ha de treure la informació...) la Tina Turner aquest any ha estat de gira... per tant bé. :-)

coses2 dijo...

De gira? Jo la feia a Florida disfrutant d'una merescuda jubilació... Aquesta dona es de ferro.
Mac, el agujero de tu pecho solo lo puedes llenar tú.
Un beso.

cicatriz de pirata dijo...

Deja de amarla. El amor se lleva mal con los agujeros en el pecho: son incompatibles. Al final te dejará morir y no habrá tejido que regenere tu corazón. Disculpa el dolor pero es que yo esta tarde he de comerme el donut para siempre. http://cicatrizdepirata.blogspot.com/
Un saludo. victoria.

La de St. Feliu dijo...

Yo, a veces, me siento el agujero del donut. Besos.

Izel dijo...

Mac... Imaginate lo que pensará entonces la que se sienta queso Gruyère con todos esos agujeros de diferentes tamaños...

Al donut no le falta na, es así... Y a ti tampoco te falta na, todo lo que necesitas pa taparte ese agujero lo tiens tú... No dejes que tu felicidad dependa de nadie que no seas tú...