todos se casan menos tú

Ésa es la frase lapidaria que me lanzó madre el día de navidadsco, tras enterarse la noche previa que íbamos a tener tres bodas en septiembre de otros tantos primos (míos, se entiende). Esa frase encierra mucho más en su seno. Es un “todos son normales, menos tú”, “todos serán felices y vivirán en compañía, menos tú”, “todos mis coetáneos se morirán viendo a sus hijos casados y con familia, menos yo, que te dejaré sola y amargada, tal como estás ahora”…y, en fin, podría concluir con un “daría mi brazo izquierdo por tener por hija a alguna prima tuya, en vez de a ti” y con un “¿qué he hecho yo para que me castigue Dios de esta manera?”. Mi madre es asín de guays. No se le ocurre decir, lo cual también es verdad, “nadie tiene un doctorado, excepto tú”, “a nadie le han publicado un libro, excepto a ti”. No, no, ella a la herida. Que no es que sea mala, es que las madres suelen valorar por encima de todo el tema de formar familia. Si eres un pintor de brocha gorda (con todos mis respetos para las brochas gordas) y no has pasado nunca de leer la página 15 no ya de un libro, sino de un tebeo, es igual, lo importante es que te hayas casado y hayas formado una familia.

Y tampoco es que mi madre me odie por ser lesbiana. No le gusta claro, pero lo acepta. Pero digamos que cree que por ser lesbiana voy a ser una puta infeliz toda mi vida y voy a estar siempre sola. Yo creo que aunque fuera hetero me pasaría. Porque la clave es la forma de ser y yo la tengo incompatible con mi felicidad. Pero digamos que siendo lesbiana quizá tenga más probabilidades, si una de las condiciones para estar bien es la estabilidad emocional, formar una familia y el comprometerse con alguien de veras con visos de envejecer juntos. Es decir, aunque fuera una bollera megasuperguachi, tendría muy difícil ser como mis primos pluscuamperfectos, e ir con mi pareja, presentarla en familia, casarme, crear un hogar, envejecer juntos y ser “normal”.

Y aquí entro en la segunda fase de mi exposición, que es la teoría siguiente: “las tortilleras destrozan el concepto de familia”. Que la pongo así pomposa, como si fuera yo del foro de la familia y oyente de la COPE de toda la vida, para que pongáis atención. Mi idea es que las bolleras sois unas inestables de cojones. Os enrolláis rápido, os ponéis juntitas a vivir y no duráis ni dos telediarios, cortáis, volvéis a repetir el ciclo y mientras lo hacéis, probablemente coleccionéis una retahíla de “queridisísimas exs”, de ésas que si tarda mucho el siguiente ciclo, bien os puede pegar un revolcón de vez en cuando para saciar el hambre sexual. ¿Y os queréis casar? ¿Para qué? No manchéis la institución sagrada del matrimonio. Porque eso es otra cosa.

Es lo que hacen mis primos. Se enrollan con alguien -de su sexo opuesto, por supuesto- están unos años, bastantes, de novios, nada de llevarse la maleta a la segunda cita, y luego ya después se van a vivir juntos, se casan, y tienen hijos (o no) y envejecen juntos, teniendo peleas “cariñosas” como los de pepa y avelino, tal vez. Ésa es la familia de toda la vida. No se separan por chorradas metafísicas, crisis existenciales, teorías del big bang o desaparición de las mariposas del estómago. Están comprometidos, tienen un proyecto común, saben perfectamente el significado de ser marido y mujer y aguantan los defectos del otro. No pegan la patada así como así. No tienen fecha de caducidad ya de inicio. No quieren un cuento de hadas y el amor eterno, quieren formar una familia dónde sentirse cómodos, tener un compañero/a con quien compartir la vida. No se cuestionan si se aburren o si estarían mejor con menganito, que es más guapo o más lo que sea…Son simples, no se hacen pajas mentales. Piensan en cosas de este mundo y no se preguntan (y menos se contestan) si están vacíos por dentro sino si está vacía la nevera, no piensan qué les aporta verdaderamente su pareja y hacia dónde va la unión, sino qué peli me bajo de la mula para ver esta noche con mi esposa y dónde vamos mañana de excursión. Tal vez tenga que ver con que hay un hombre en la pareja, porque ya sabemos lo complicadas y retorcidas que sois las mujeres, así que cuando se juntan dos, apaga y vámonos.

Tal vez ahora estáis rojas de ira y diréis -quizá sea lo más suave que se os ocurra, junto a puta supuesta lesbiana homófoba y machista-, que estoy generalizando equivocadamente y hay otros casos y tal. Sí, generalizo, pero basándome en mi propia experiencia y comparando mis primos y las lesbianas que conozco. Mis primos se casan y seguro que con un 95% de probabilidades, siguen juntos en 5 años. Las lesbianas se separan (en 2007 han cortado un montón de conocidas parejas bolleras –incluida la mía propia, faltaría más- y eso que conozco a poca gente), y las parejas que han comenzado seguro que tienen el 95% de probabilidades de que estén rotas en 5 años. Me gustaría equivocarme y que mis primos cortaran y las parejas bollo siguieran. Pero, difícil lo veo. Se supone que el tema es el “de que ya no aguanta nadie”, pero yo veo a mis primos y a las lesbianas y me dan un feeling opuesto. Los heteros pluscuamperfectos de los cojones siguen y siguen y se casan y las bolleras rompen y rompen y vuelta a empezar con otra (las que tienen suerte, que no es mi caso). Que ya os digo, a mi me encantaría que mi familia me demostrara que todas las parejas son un puta mierda y que se divorciaran muchos de los que se casan y por chorradas, no por nada serio, igual que se separan las lesbianas en 2007. Y es que empiezo a “patir una desafecció familiar” bastante importante (¿envidia, dices? no, desafecció, que encima me miran por encima del hombro y me desprecian veladamente, que yo las pillo al vuelo hasta con diez copas de más). En fin, pues eso. Conclusión: Que me da a mí (y me jode sumamente) que los heteros duran cien mil veces más que las lesbianas.

Supongo que también habrá quien piense que mucho mejor así, porque en el año 15 de relación, mis primos se llevarán a matar, si no se han divorciado antes o simplemente no se llevarán y las bolleras estarán recién estrenando su tercera relación desde la fecha y se sentirán ilusionadas de nuevo. Pero, llamadme rara, yo prefiero estar haciendo el muerto en una playa de aguas calmadas o nadando o jugando a la pelota e intentar estar relativamente bien así, que no luchando contra las olas en un mar encrespado, que cuando estás arriba muy bien, te sentirás dios, pero cuando caes y tragas agua y te engulle la marea, qué jodido se pasa, ¿eh? y si te ocurre un montón de veces, puede que al final de tanta agua acabes realmente ahogado. Rara y anacrónica, ya sé.

En fin, cuando madre vuelva con el puto tema de “todos se casan menos tú”, yo le diré que es porque soy tímida y bollera y los milagros no existen. Y que no, ni lo piense, que yo antes muerta, que sencilla y que me tiran más dos tetas que una carreta y así será toda la vida. Ay. En fin. Creo que hasta que mis primos se vayan separando, por mi salud emocional y mental, voy yo a divorciarme de ellos. O eso, o encontrar, ay, me da risa hasta escribirlo. No, definitivamente, no soy normal y nunca seré como ellos.

Y si algo os molesta, recordad que es 28 de diciembre y tomaros este post tan largo como una inocentada.