viernes, 20 de julio de 2007

Dilemas, pollos rubitos, viajes y poesía: escribir por escribir

El otro día, miércoles, pa más señas, vi que en la tele salían dos situaciones similares en dos series diferentes. El dilema. Una tía a la que amaban dos tíos majos y ella se tenía que decidir por alguno de ellos, por los dos o ninguno. Una era la Susan de Mujeres atacás y la otra una niñita de los hombres de paco. La primera tenía la opción de Mike e Ian y la segunda de Aitor y Lucas. Los primeros están prestos a casarse con ella y los segundos a llevársela en avión a Madagascar o en tren a Asturias. En fin. Y las tías tope desesperadas y angustiadas y tal. Me hubiera gustado haber irrumpido en la serie como algún personaje y haberlas pegado una patada en sus partes innobles. Como si que te amasen dos personas a la vez fuese un problema. Por favor. Un problema es que nadie te quiera, eso sí que es grave. Pero que dos personas quieran estar contigo es una bendición del cielo, y tú tienes múltiples opciones para elegir. Eres la puta ama. Es como si tuvieras un millón de euros y estuvieses angustiada porque no sabes si montar un negocio espectacular o comprar una casa en la playa y viajar o qué. Te merecerías entonces un puñetazo, porque los que están jodidos y tienen motivos para preocuparse son los que no llegan a final de mes. Poseso. Los guionistas de mujeres atacás, que son buenos, hicieron que Susan se quedará sin ninguno, por tardar en decidirse y tal. Los otros ni idea, no sigo LHDP, tal vez se lo pregunte a madre o a mi sobrina que sí lo ven. Es una situación recurrente en las series, no sé si en la vida real pasa, supongo que a vosotras sí, a mí desde luego no, ni me pasará. Y son situaciones que no me gustan nada, son manidas, de folletín. Claro que en Anatomía de Grey también pasa. Que si meredith ha de decidirse por derek o el veterinario, george por callie o izzie…. Pero una tiene sus debilidades y a AdG se lo perdono. En fin, si a mi algún día me pasase estar en un dilema amoroso similar (se me aguanten la risa, coño!), y los posts del blog reflejaran un tinte melodramático angustiado tremebundo, me imprimís este párrafo, me lo hacéis tragar y me pegáis una hostia bien dada. He dicho.

Eso es como los entrenadores de fútbol que tienen doscientos buenos futbolistas para un puesto y están nerviosos porque no saben a quién poner. El problema es para el que solamente tiene patanes en su vestuario, por favor. Hablando de fungol y de entrenadores, y viendo a don Bernardo en las portadas del As y del Marca como flamante entrenador del Real Madrid, me he retrotraído a mi infancia y me he acordado de mi pollo. Ay. Pozí. Madre un día fue a por huevos y de alguno salió en vez de una yema y la clara, un pollo. O algo así pasó. Total que al final acabé con un pollo de mascota, más rubito, más bonito y claro, la nena que tiene la costumbre de poner a todas sus mascotas nombres de futbolistas, pues le puso Schuster. Además coincidió en el tiempo con mi gato Maradona. Schuster –el pollo- murió enseguida, el pobre, espero que el entrenador del Madrid dure muchísimo más en el cargo.

Y termino. Yo podría haber estado ahora rumbo a Menorca con una amiga si lo hubiese pensado antes. Pero me cuesta pensar, decidirme, arrancar y hacer las cosas. Y eso me recuerda que tengo viajes pendientes que hacer. En agosto voy una semana por el norte con madre, pero eso es porque ha sido ella la que lo ha dispuesto así y se ha movido; si hubiese esperado mi iniciativa, aún no habría viaje confirmado ni ná de ná. Y tengo que ir a Madrid. Y éste es un buen momento para, al menos, decidir la fecha. No sé. Como yo soy nacionalista-catalanista hasta la médula, en vez de celebrar la diada de Catalunya en donde-sea-que-lo-celebran, creo que yo mejor lo hago con el oso y el madroño y la diosa Cibeles. Sí, señor. Aprovechando el puente. Carod-Rovira y Puigcercós estarán orgullosos de mí. Ay, antes no me costaba nada ponerme en marcha con el tema de los viajes. Lo pensaba, lo hacía y me iba. Sin pereza, con ilusión. Pero antes tenía un motivo inmejorable. En fin.

Mi venerado Carlos Boyero ayer en su Chat dijo que le gustaba mucho este poeta y he buscado una poesía suya, pa variar, y no poner tantos videos del youtube o letras de canciones.

Ángel González, “Mientras Tú Existas”:

Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada por una luz cualquiera...
Mientras
yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.

4 comentarios:

ReaLiTy BiTes dijo...

Es lo que tenemos las colillas...
Saludos!

Olga dijo...

Tomo nota "Anguel González".
¿Qué pasó con maradona?
Y no estoy de acuerdo con lo del futbol. Si un entrenador tiene sólo patanes en los vestuarios, tampoco tiene problemas. Salga quien salga, la cagará.

Unknown dijo...

Maradona, el gato, era el hijo de Manolita, la gata de mi abuela del pueblo. Recién nacido, un agosto me encapriché con él y convencí a mis padres, para mi cumple, de que me lo dejaran llevar a Barcelona. Pero la condición era un año. Al cabo del año se lo devolví a mis abuelos, él se fue en busca de gata (o de coca, o vete tú a saber de qué) y no volvió a aparecer. Aunque mi abuela tuvo después un gatito muy parecido a él, muy cariñosito, lo mismo era su hijo, quién sabe. Ay. Menos mal que madre dejará a zizou que esté toda la vida con nos. Y, por cierto, entre las mascotas imposibles que he tenido de pequeña en el piso, también cabe destacar una gallina. No sé si daba huevos, pero creo que mi hermano la pisó, la rompió una pata y ése fue el principio del fin (de la gallina, se entiende).

Olga dijo...

Por dios, qué susto. Pensé que fue el principio del fin de tu hermano. Aunque claro, si era tu mascota... A cierta edad se quiere más a la mascota que a un hermano... Fijo que durmió, durante una temporada, con un ojo abierto.