sábado, 13 de enero de 2007

una moneda tiré yo al agua...

Y la cagué. Fue cuando yo era chica, que me llevó madre a la catedral de Barcelona y hay una fuente donde se tiran monedas y se piden deseos. Y yo, que soy un poco torpe, pedí ser buena. Y tiré la moneda. Y se cumplió. Así que ahora soy demasiado buena. Eso a la ojos de Dios seguro que está muy bien. Ya me lo veo en un rinconcito del cielo con mi chozita de 30 m2 preparada sólo para mí. Y con un cartel que ponga “bienvenida, macbollix”. Pero para vivir en sociedad eso es muy negativo. “Ay, ay, ay, es que eres tan bueno que pareces tonto”. Los buenos somos los idiotas, los panes sin sal. Los que sufren. Lo que está bien en la sociedad es ser un listo cabroncete. Pojemplo, los de gran hermano y toda esta chusma. Se dedican a joder al personal, a hacer malas acciones y … a hacer caja, llevarse a la chica y esas cosas. Seguro que a Dios no les consta en sus archivos de gente a la que ir preparando un rinconcito en su hotel, pero la sociedad los tiene en cuenta, los valora. No sufren, hacen sufrir, pero aún así, tienen su lugar en el mundo, un lugar de no-idiota. Bueno, soy recurrente, creo que ya he escrito algo de esto antes. En fin, que tenía que haber pedido otra cosa. Pojemplo, ser la cosa más simpática del mundo. Entonces la vida me habría ido mejor.

Pensando en la cosa más simpática del mundo, me ha venido a la cabeza una tal E.M. ¿Por qué? Porque siempre cuando la veo se acerca y me sonríe (¡¡a mí!!), porque de diez palabras que dice, cinco te hacen sonreír y dos reír abiertamente. Porque después de haberla visto, siempre me he sentido mejor. Porque ves que su simpatía no es una pose o una máscara, no es el jiji jaja sin sustancia de otros, no está reñida con la vulnerabilidad y es sincera y humana. Porque tiene empatía y te hace sentir respetada. Porque es inteligente y tiene talento. Porque es generosa hasta el punto de adoptarme un día que estaba desintegrada y hacerme sentar a la mesa del grupo sin hacer que me sintiera mal o traumatizada. Me gustaría ser E.M., quiero decir, tener su estilo. Aunque, pensándolo bien, yo creo que algo de ella tengo que tener dentro, de esa simpatía humana, en algún lugar, sólo me hace falta ponérmelo a buscar y sacarlo. Y de paso sacar otras cosas. Sacar cosas de dentro. Entregarme entera y sin reservas. No salvarme.

Pondré todo el empeño del mundo en no salvarme, puedes estar segura.

Benedetti:

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo
*********************************************************
Porque gracias a vos he descubierto
(dirás que ya era hora y con razón)
que el amor es una bahía linda y generosa
que se ilumina y se oscurece
según venga la vida
una bahía donde los barcos llegan y se van
llegan con pájaros y augurios
y se van con sirenas y nubarrones
una bahía linda y generosa
donde los barcos llegan y se van
pero vos
por favor
no te vayas

1 comentario:

coses2 dijo...

Me he acordado de la fecha, para que veas que no soy tan emapanada. Y sí era el post que yo recordaba. De lo que no me acordaba era de la reflexión final. Tú también llevas esa simpatía dentro ;-)