Pos ya está aquí, a la vuelta de la esquina, la navidad. Yo estoy hasta el cuello (apretao) de trabajo, así que no sé yo si me cundirá y las disfrutaré. Aunque, hombre, es un especie de paréntesis kit-kat. Y luego para fin de año me abducirán unas tipas que a veces pululan por aquí, me llevarán allende los mares y me tendrán secuestrada hasta la noche de reyes. Miedo me da.
Bueno, miento, estoy deseando que llegue el final del 2006. No porque haya sido un mal año, al revés, ha sido uno de los mejores, y ha compensado (en parte) un 2005 horrible (para seguir compensándolo, creo que los próximos taintantos años también deberían ser parecidos al 2006). Deseo que llegue para tener momentos de esos que luego rememoro como flashes de felicidad suprema cuando vuelva a agobiarme el trabajo como lo ha hecho hoy. Mi tía la que no habla nos contó a madre y a mi la peli click mientras íbamos en coche. Como no habla, estuvo desmenuzando la susodicha desde antes de pillar la ronda de dalt hasta llegar casi a gavá. Bueno, la idea esencial es la de un tipo que tiene un mando universal con el que ordenar su vida. Ahora mismo me gustaría tener uno de ésos y darle al forward y me plantaría dentro de 9 días. Tal vez lo pararía mínimamente para nochebuena o navidad y luego volvería a darlo rápido. Y después, en el planeta chicharrero, pasaría la peli de mi vida en cámara muy lenta, saboreando cada minuto el doble o triple de lo normal. En fin. Por cierto, mi tía la que no habla se ha inventado este año una variante del típico juego navideño del amigo invisible.
Al amigo invisible se juega de dos maneras. O bien se hace un sorteo y a cada participante se le dice la persona a la que tiene que hacer el regalo (sin que la persona se entere) o bien se meten todos los regalos en un saco y se mete la mano a ver qué sacas. Obviamente lo mejor es lo primero, porque así sabes quién coño es la persona en cuestión y puedes regarle cosas al gusto suyo. Si es del madrid ya sabes que no puedes regalarle un peluche del barsa (o sí, para joder expresamente). La segunda opción es un poco rollo. Y si está mi tía la que no habla en medio puede ser para echarse a temblar.
Un día hicimos el amigo invisible (versión saco) en el cole y como yo no sabía que comprar, mi tía la que no habla se prestó a comprarlo por mi, pero resulta que compró una cosa de niña (algo rosa) y mi cole era mixto. Pues bien, como yo también soy un poco gafe, resulta que la mano inocente que pilló esa cosa rosa en cuestión fue un chico, que además se sentaba al lado mío. Y el cachondeíto fue mayúsculo y yo me pusé colorá. Mi tía la que no habla ya empezó aquel día a hacer cosas raras con el jueguecito. El tema prometía.
Pues bien, este año ella jugó con sus amigüitas y compró un regalo que era, según ella, super guachi, amos, el más mejor de todos los regalos, fijo (también jugaban a la versión saco). Entonces, ¿qué hizo? pues que cuando le tocó meter la mano a ella, tanteó y tanteó (ya tenía memorizada de antes la extensión y grosor del paquete suyo en cuestión, se ve que había practicado en casa) y tachán, el regalo super guachi. Bueno, se llevó un alegrón que te cagas. Pero al mismo tiempo se inventó una nueva variante: la del amigo visible las 24 horas del día o amigo juan palomo. ¿No hubiese sido más fácil que se hubiese quedado de antemano con el regalo en cuestión si tanto le gustaba y hubiese metido en el saco otra cosa cualquiera? Pero es que, como veis, a mi tía la que no habla le gusta darle emoción a esto del amigo invisible. Anda que si hubiera sacado alguien su regalo antes de que a ella le llegase el turno de meter la mano, ay, se le atraviesa la cena, amos.
Bueno, pues eso es todo por hoy, amigos (invisibles y/o visibles).
FELIZ NAVIDAD.
miércoles, 20 de diciembre de 2006
de navidad, fin de año y amigos invisibles
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3 comentarios:
Querida amiga Mac,... me cae a mi ese peluche del barça y habrias aprendido nuevos tacos en arameo, lo juro, bastante tengo con dormir con el enemigo en casa. Y, por cierto, tu tia, la que no habla, me ha dado una buenisima idea para autorregalarme una chuche estas navidades.
Eh, un momento, yo soy del madrid (mal que me pese). Así que a ti te regalaría un peluche blanco (y a tu contraria, también, jeje).
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