gatos (otra vez), porretes y mi entrada en la navidad

Hoy he visto a dos gatillos jugando entre ellos. Mi zizou como no tiene hermanito, tiene que jugar conmigo. El tipo de juegos de esos dos gatillos era bastante parecido a los nuestros. Él me provoca y yo le persigo, él se tira a mis piernas o a mis brazos o a lo que pilla y muerde, y luego sale corriendo. Ahora mismo me está dando una bolsa de plástico hecha una bola para que se la tire, él la busca, me la trae y se la vuelvo a tirar. Yo creo que ese juego es típico de perros, por lo que me parece que mi niño es un poco gato-perro. Si yo viviera sola, tendría dos gatos, capados, para que jugaran entre ellos y no molestaran a la mami-yo, pero a mi madre le sobra con mi zizou que, además, duerme con ella por las noches, igual que yo duermo con mi osita de peluche.

Tomando un cafe en la facultad he oído a unos payasines jactándose de que están enganchados a la maría y que cuando se despiertan a las 4 a mear, se fuman ya el primer porrete del día. Supongo que es cool, guay, eso de fumarte dos o tres canutos al día o más en los findes. Es lo que se lleva. No pasa nada si te fumas uno o dos un día que se tercie y salgas por ahí (aunque yo nunca lo he hecho) pero eso de fumarlo por sistema no puede ser bueno. Esa gente el día de mañana estará aún más loca que esta generación y de lo que lo están ya de por sí. Pero la gente joven y la sociedad en general tiene una aceptación de la maría que es escandalosa a mi entender. Al fin y al cabo es una puta droga. No entiendo la mariafilia que existe. Ya, venga, porretas, decidme, "pues, prueba, gilipollas, ya verás". Que no, que prefiero seguir siendo una bicha rara y no probar más sustancias adictivas que mis cervecitas y de vez en cuando mi Bacardi. La sociedad se ha puesto que no veas con los cigarritos, y el día de mañana nos tocará jodernos a los medio alcohólicos ¿y los porretas?, que empiezan yo creo que en los parvulitos ya, ¿qué?. En fin, estoy a favor de la legalización de las drogas, pero también a favor de que se intente concienciar a todo el mundo de que la droga a la larga te mata a ti y a los que te rodean, por muy guay que pueda ser para tu generación.

Tengo miedo de la entrada en la navidad. Tengo un trato (unilateral por mi parte) con ella. Dos meses sin saber nada, y luego que me diga si me quiere en su vida (como amiga, claro ¿a qué coño más puedo aspirar?). Tengo mucho miedo de que pase de mi, que no me conteste, o de que me conteste para mandarme a la mierda. Me hará sentir como una fracasada asquerosa que no merece la pena, y no creo que lo sea. Me hará sentir culpable por tener sentimientos, por ser frágil y enamoradiza, y no creo que eso sea malo. Pero yo no soy guay, no soy cool, más allá de que no fume maría, soy compleja y no entiendo la sociedad del "eh, tía, buen rollo, ¿qué pasa neng?". Ya, soy demasiado rarísima, tal vez anacrónica, tendría que haber nacido en otra época o nunca: mi madre debería haberme abortado.

El último Madrid-Barsa en el Bernabeu lo vi en su casa. Ay, Dios, qué dolor. Ya vuelve. El partido digo. Este sábado, sabadete. Así que a partir de mañana, dedicaré 3 días a hablar del clásico.

Se impone algo de Queen:

We are the Champions, my friend
And we'll keep on fighting till the end
We are the Champions,
We are the Champions,
No time for losers,
cause we are the Champions
of the world.